Rana de San Antonio mediterránea

Hyla meridionalis (Boettger, 1874)

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Clasificación sistemática

Amphibia → Anura → Hylidae → Hyla → Hyla meridionalis

Nombres locales

Granögia zeneize

Descripción

La Rana de San Antonio mediterránea ( Hyla meridionalis ) es un pequeño anfibio anuro, fácilmente reconocible por su elegante y uniforme coloración verde brillante, que varía desde el verde claro hasta tonos esmeralda.

Una de las principales características distintivas respecto a la Rana de San Antonio italiana ( Hyla intermedia ) es la ausencia de una marcada franja lateral oscura en los costados.

Los adultos presentan un cuerpo esbelto, extremidades largas y dedos provistos de discos adhesivos que facilitan el desplazamiento entre la vegetación.

Los machos generalmente alcanzan una longitud de 3–3,5 cm, mientras que las hembras son ligeramente más grandes, hasta 4 cm.

Durante la época de reproducción, el dimorfismo sexual es evidente en el gran saco vocal oscuro de los machos y en la presencia de almohadillas nupciales en los pulgares, mientras que las hembras se reconocen por su tamaño algo mayor y la ausencia de un saco vocal prominente.

Los renacuajos son de color marrón verdoso al nacer, miden unos 5–6 mm de longitud y con el tiempo desarrollan una forma estilizada adaptada a la vida acuática.

Distribución

En la Liguria Occidental, la Rana de San Antonio mediterránea ( Hyla meridionalis ) se encuentra principalmente en las zonas costeras y colinares, desde el nivel del mar hasta aproximadamente los 700 m de altitud.

Su distribución es a menudo fragmentada y localizada en las áreas más templadas de la Riviera de Ponente, donde persisten pequeños núcleos en ciertos valles costeros.

La expansión y abundancia de sus poblaciones dependen de la disponibilidad de hábitats adecuados, actualmente seriamente amenazados por la urbanización continua y la transformación del territorio.

Hábitat

Esta especie prefiere ambientes húmedos caracterizados por la presencia de:

La Rana de San Antonio mediterránea ( Hyla meridionalis ) muestra cierta adaptabilidad, frecuentando también áreas modificadas por el ser humano siempre que existan cuerpos de agua y vegetación adecuada.

Hábitos

Principalmente crepuscular y nocturna, la Rana de San Antonio mediterránea ( Hyla meridionalis ) aprovecha las horas más frescas del día para sus actividades.

Su periodo de latencia invernal es generalmente más corto que el de otros anfibios locales, favorecido por el clima templado de las zonas costeras.

La temporada de reproducción se extiende de marzo a junio, cuando los machos emiten llamadas melodiosas, más suaves que las de la Rana de San Antonio italiana ( Hyla intermedia ), atrayendo a las hembras hacia los lugares de puesta.

La reproducción tiene lugar en aguas tranquilas o de lento flujo, ricas en vegetación sumergida, donde las hembras depositan entre 150 y 800 huevos en pequeños racimos adheridos a las plantas.

La metamorfosis se completa en aproximadamente 2–3 meses, dependiendo de la temperatura y la disponibilidad de alimento.

Dieta

La dieta varía según la etapa de desarrollo:

Estos hábitos alimenticios contribuyen al control de las poblaciones de insectos en los hábitats de la rana.

Amenazas

Las principales amenazas para la Rana de San Antonio mediterránea ( Hyla meridionalis ) en la Liguria Occidental son:

La fragmentación del hábitat dificulta el desplazamiento de los individuos entre los lugares de reproducción, amenazando la supervivencia de las poblaciones aisladas.

Particularidades

La Rana de San Antonio mediterránea ( Hyla meridionalis ) destaca por su mayor tolerancia a ambientes parcialmente antropizados en comparación con otras especies de anfibios, llegando incluso a utilizar tanques, manantiales y cuerpos de agua artificiales temporales.

Su canto es uno de los más melodiosos de la herpetofauna europea.

Se adapta eficazmente a las condiciones climáticas de la maquia mediterránea, logrando incluso reproducirse en aguas con un modesto nivel de salinidad.

En la Liguria Occidental, la especie está bajo constante seguimiento por parte de instituciones científicas y asociaciones naturalistas, que controlan su estado de salud y riesgo de declive, reconociéndola como un indicador clave de la calidad de los ecosistemas costeros y de la presencia de elementos naturales incluso en entornos fuertemente urbanizados.

La conservación de la especie requiere la protección estricta de las zonas húmedas remanentes y de las áreas agrícolas tradicionales, que funcionan como corredores ecológicos entre las poblaciones.

Créditos

📝 Fabio Rambaudi, Matteo Graglia, Luca Lamagni
📷Matteo Graglia, Matteo Di Nicola
🙏 Acknowledgements